Que esfuerzo el tuyo en desear abrazar la poesía
cual gacela huye de ti.
Que necio eres en creerte viviente
y en sueños de letras temblorosas rayar sobre las hojas muertas
cancioncillas que el Tallador de Santos proscribió.
Mejor escucha a Amijái, el que abandona a quien ama
los milagros le ocurren al revés, o presta oído a Darwish,
si tengo hambre devoraré la carne de quien a mi me roba.
Mi casa y yo venimos de la piedra, del olivo y del cedro,
del ciprés y del pueblo del libro, persigo como gato a mis enemigos
y no retorno hasta abatirlos.
¿Ahora entiendes por qué la tierra se ha estrechado para tus pies y,
el tiempo se ha acortado para tus manos?
¡Pues cuídate de mi hambre!
Yehudah Abraham Dumetz
© Del libro de prosa poética: "Pájaro de fuego"
2023
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