Bastó solo un instante para encontrarnos en este universo donde nuestros paralelos y meridianos se cruzan entre sí.
Bastó solo una pregunta Nejhamah, para que siguiéramos, para que tu mano temblorosa dejara desnudar tu identidad.
Bastó un instante en el arco del portal para que tus labios buscaran los míos o para que muchas veces te marcharas sin mi dolor, sin mi triste mirada, sin el más mínimo remordimiento de mi existencia y soledad, pero que me hiciera reaccionar hacia ti con tantas pedradas que llegaron a tocarte y, sin embargo, Habibti, ishah de mis sombras y de mi luz, esto es todo lo que me acaece contigo.
No existen las coincidencias, pero ojalá, volvamos a encontrarnos nuevamente para intentarte una y mil veces más, como la historia de Shir Hashirim o como el pasuk de Rut 1: 16, como fuimos en otra vida, hasta poder un día perfeccionarme en ti.
Yehudah Abraham Dumetz
© Libro de prosa poética: “Pájaro de fuego”
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