junio 25, 2018
He tenido el privilegio de leer el artículo “Dualidad Monstruosa”, de la poeta y escritora Ingrid Ortez, digna representante del Parlamento Internacional de Escritores de Colombia en el hermano país de Honduras. IO, como la conocemos en el mundo de las letras hispanoamericanas, es una poeta impura, muy diferente a aquellos cuasi poetas puros y pseudoescritores que, producen a cuatro manos pagando a través de cheques con antifaz, Whisky y coctel de camarones a algún mercenario de la gestión cultural y de las letras, con el propósito de que sus escritos sean mencionados o publicados como a menudo suele suceder, no solo acá en el Caribe colombiano, sino en muchas latitudes de este mundo.
Por el contrario, IO, es de las nuestras. Pertenece a esa clase de seres que no escribe por tiempo libre, tampoco lo hace por hobby. Mucho menos para ganarse un premio internacional. Es poeta y escritora por vocación, en la que refleja a través de sus poemas y artículos el compromiso que todo verdadero escritor y artista debe tener a la hora de tomar postura. La justicia social. Estar siempre del lado de los buenos. Mientras escribo estas líneas, no escucho (a diferencia de IO que sí lo escuchaba mientras escribía Dualidad Monstruosa) al gran Chopin con su destacada técnica y expresividad musical. Por el contrario, escucho una pieza de Jazz de Louis Armstrong: St James Infirmery. Como poderoso antídoto todo lo que carece de humanidad.
IO, se hace la pregunta: “¿Qué somos? Realmente ¿qué tipo de raza tan extraña somos? […]Tenemos la habilidad en nuestras manos de construir de manera tan hermosa, fascinante y darnos por completo, pero con la misma fuerza de destruir todo a nuestro paso por ambición de poder, de dinero o pura maldad y hacer creer que es lo correcto. Cargamos la capacidad absurda en nosotros mismos de manipular a otros a raíz de nuestros caprichos y más oscuros deseos, pero también de dejarnos manipular. Una dualidad humana impresionante pero monstruosa. Se han inventado maravillas a través de la historia de la humanidad y han sido usadas muchas de ellas para las peores y más atroces barbaries”.
Esa capacidad absurda en nuestro ser, esa dualidad humana y monstruosa, tal y como lo enfoca IO que, en nuestro tiempo ha ido leudando de forma negativa la sociedad, propiciando el derrumbe de los pilares de la construcción humana, de ser humano; es el producto de nuestra voluntad egoísta por la dominación de nuestros semejantes.
A través de este escrito IO, nos desvela que todo los horrores que hemos vivido en el curso de la historia, (Las cruzadas, la inquisición, los pogroms, las dos guerras mundiales, la guerra del golfo, las dictaduras, los campos de concentración, la guerra del Golfo, etc.) parece que no nos ha enseñado nada. Seguimos siendo seres humanos monstruosos que nacemos, crecemos y nos seguimos reproduciendo, pero que parecemos no morir. El gran escritor argentino Ernesto Sábato en su libro: “Hombres y engranajes. 1951” trae a colación las palabras de Berdiaeff cuando arguye que: “el Renacimiento se produjo mediante tres paradojas: 1. Fue un movimiento individualista que terminó en la masificación. 2. Fue un movimiento naturalista que terminó en la máquina. 3. Fue un movimiento humanista que terminó en la deshumanización. Que no son sino aspectos de una sola y gigantesca paradoja: la deshumanización de la humanidad”
Otra de las reflexiones interesantes que puedo leer en el artículo “Dualidad Monstruosa” de IO, es el hecho de que nos hemos convertidos en una sociedad de individuo en la que nos comportamos, pensamos de manera torpe; viviendo la Era de la Estupidez, hemos llegado al punto en que la estupidez es un derecho. No ser estúpidos en estas épocas, es ser revolucionario, con lo que se cae en la estigmatización que el sistema ejerce contra todos aquellos que piensan. “-Allí va un pensante. ¡Matadle! Dirán los estúpidos”.
“Qué ha sido de los Gandhi, los Luther King los Mandela de hoy. Los del pasado siendo seres humanos imperfectos lograron dejar su huella en la historia y cambiar un poco la perspectiva a pesar de esa dualidad. Hoy solamente se venera desde el más malvado hasta el más ridículo y loco que obtenga mejor rating a través de los medios manipuladores. Y solamente nos sentamos desde el otro lado de nuestra realidad a juzgar, mientras disfrutamos de nuestra egoísta y aparente tranquilidad”
Hoy en día, consideramos Internet como una red “positiva”. No obstante, los medios masivos de comunicación y la Internet, cumplen con el rol de anestesias sociales, ya que su prioridad es informar y no orientar a la sociedad. El semiólogo y escritor Umberto Eco dijo: “las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas. La televisión ha promovido al tonto del pueblo, con respecto al cual el espectador se siente superior”. Es allí que en estos tiempos de estupidez, nos toca a todos los que hacemos de Gandhi, de Luther King de Mandela, comenzar un proceso de orientación desde la principal sociedad, nuestro hogar. Orientar frente al diluvio de (des) información que viene mezclado en las redes sociales y en la televisión y, que el régimen a través de sus títeres, el poder político y la iglesia (católico romana – protestante evangélica) como un opio que desde los pulpitos se esparcen en la grey de ignaros para mantener según ellos el orden dictado por su dios muerto. Pero las arcas de la iglesia se siguen llenado y desde el congreso se ejerce la impunidad.
Este emotivo y reflexivo artículo de la escritora IO, no se suscribe solo al país hondureño, por el contrario, es un texto que bien puede enmarcarse en todo el continente americano; invitándonos a dejar el sueño, el egoísmo, la falsedad, pero sobre todo, la estupidez. Y como ella misma dice, lamentablemente este es el mundo monstruosamente dual que usted y yo hemos ayudado a construir, no hacemos nada y parece que no haremos nada solo criticar y juzgar, seguiremos bailando al son que nos tocan como las simples marionetas que somos. Daremos teorías, unos a favor y otros en contra pero nunca por el bien de la humanidad.
Por: Antonio Dumetz Sevilla
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