Soy
un poeta judío
como Yehuda Amijai o Abraham Shlonsky
y de la palabra profeta como mis ancestros.
Soy
hijo del Valle del Jordán
y la Aravá que se erigen en mi cuerpo
de la tierra de Judea
transformada en mis huesos.
Un poeta judío
resucitado de la muerte en Egipto,
Babilonia, Persia, Grecia y Roma; en los Pogroms y en la Shoah.
Sus flechas, espadas, fusiles y hornos no me mataron,
pero forjaron de mí una torre de inexpugnable heredad,
resucitada en mí lengua
tejida con el hilo hebreo del alma judía.
Como Yeshayahu Hanabí
profetizo con mis letras, trazando sobre el amargo lienzo de la historia
el óleo de mi esperanza, porque he sido paciente
al aguardar el instante a que la desesperación callara
para mostrar en mi mano este poema viviente
que jamás olvida a Sión.
Pero de algo estoy seguro, allí tu nombre
jamás y nunca se recordará.
Yehudah Abraham Dumetz
© Libro de prosa poética: “Voces desde mi exilio”
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